El amor y el apego
- Psic Rocío Romano Obregón
- 2 jul 2019
- 2 Min. de lectura
“Cuando una relación se rompe ¿Qué se rompe?
El AMOR no, el AMOR NUNCA se rompe
Se rompen las ataduras formadas por los deseos y apegos.
Cuando le damos el corazón a otra persona, le damos nuestra libertad” Zahid Shera
Usualmente, es difícil terminar una relación cuando no logramos diferenciar el amor del apego y del deseo.
En una relación sembramos las semillas de nuestras más íntimas ilusiones, deseos, aspiraciones y pensamientos, teniendo en mente que dicha relación será duradera y nos hará encontrar aquello que hemos estado buscando desde siempre. Sin embargo, no siempre es así.
Al paso del tiempo, no todas estas semillas germinan como nosotros esperábamos, algunas mueren o se pudren por exceso o carencia de algún elemento. Por fin, decidimos dar por terminada la temporada de cosecha, pero algo dentro de nosotros se desiste a perder la esperanza, se niega a admitir el fracaso y nuestros deseos juegan en nuestra contra. ¿que hacer?
Primero, es importante separar cada elemento, pues una relación es compleja y sus componentes estan entremezclados. Debemos separar el amor del compromiso, del deseo, del apego y de los miedos poner sobre la balanza e imaginar un futuro preferido, y aunque la respuesta parezca obvia, aún no resulta fácil... ¿por qué?
El apego es muy fuerte puesto que la forma en la que inicialmente aprendimos a amar fue a través de la dependencia que teníamos hacia nuestros cuidadores y figuras paternas. Perder su amor, significaba perder posibilidades de supervivencia. Sin embargo, ahora que somos adultos, nos cuesta entender que nuestra vida no se termina con una relación amorosa, porque instintivamente así entendimos el amor. Hemos entonces creado lazos emocionales intensos y ahí se finca gran parte de nuestra seguridad emocional. No resultará fácil pero debemos trabajar en nosotros mismos para lograr priorizar nuestro bienestar ante la duda, los temores y la incertidumbre. ¿Que vacío emocional cubre la otra persona?, ¿hay alguna otra manera de llenarlo o cerrarlo sin poner esa responsabilidad en el otro?
La respuesta es sí, aunque el proceso requiere de más esfuerzo.

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